Costumbre antigua que consistía en que un pastor se encargaba
de pastorear el ganado de varios vecinos, cada uno o más días le
tocaba el turno a un pastor. Esto servia para poder compaginar
el pastoreo con otras tareas del campo.
En casa de Lorenzo y Pura (Roza), al mediodía se colgaba un
trapo blanco para que los pastores supieran que era la hora de la
Comida.
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